martes, 10 de marzo de 2009

Finalidad de las parábolas

Jesús no contaba parábolas para divertir al auditorio sino para exponer su mensaje, explicitarlo y aclararlo, y muy especialmente, para interpelarles.

a) Uno de los propósitos fundamentales de las parábolas de Jesús es exponer los principios fundamentales de su enseñanza. El centro del mensaje de Jesús es el Reino de Dio y las parábolas pretenden desvelarnos un aspecto fundamental de este Reino. Para el judío de aquellos tiempos el Reino de Dios era la personificación de la esperanza de salvación, la llegada del Reino de Dios se aguarda como liberación, como realización de la paz y la justicia. Jesús imprime a esta esperanza escatológica una dirección nueva: el Reino de Dios se cumple ahora. No sólo comienza a cumplirse el Reino, comienza también el escándalo. Un desconocido con un grupo de incultos, rodeado de gente de mala fama ¿iba a hacer realidad la esperanza del cambio, el Reino de Dios? No parecía fácil la empresa. la gente permanece incrédula y desconcertada. Es comprensible que en esta situación Jesús comience a hablar del Reino de Dios en parábolas: el grano de mostaza, que es la más pequeña de las semillas; la levadura que fermenta y crece; el sembrador...

b) El mensaje del Reino no sólo se "conoce", hace falta construirlo. Por eso Jesús busca una reacción en el oyente. Esto lo logra con unos finales imprevistos y desconcertantes de las parábolas. Sus finales rozan lo absurdo (p. e. dejar crecer el trigo con la cizaña) causando sorpresa en el oyente. No se puede entender que alguien escuchara una parábola a Jesús y permaneciera impasible ya que cuestionan el orden social, moral y religioso de su tiempo. El mensaje del Reino de Dios como nueva sociedad justa, fraterna y solidaria implica radicalidad en las decisiones. Por eso, las parábolas incitan a comprometerse a favor de Jesús y su mensaje o a rechazarlo.

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